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PLANIFICACIÓN ANTICIPADA POSTERGACIÓN, ABSTINENCIA Y ANTICONCEPCIÓN.


Tener o no tener relaciones sexuales es una decisión que todos tienen derecho a tomar. La postergación y la abstinencia también ayudan a prevenir el contagio de infecciones por contacto sexual.Planificación familiar, Control de natalidad y Anti concepción.( Harris, 2003) Son las palabras que designan las múltiples maneras de evitar un embarazo.​¿Es igual hablar de educación sexual que de educación para el amor? La “educación sexual” como ha sido preconizada por los grupos ideológicos que la defienden, radica mucho más en el propósito de dar información que de educar. Los que detectan el estatus de expertos en estos temas se identifican como “sexólogos”. La información que se pretende presentar a los jóvenes y niños como la más adecuada para su “educación sexual” es de tipo biológico e ideológico, tratando de generar un cambio en la visión, valores y actitudes acerca de la sexualidad que son etiquetados y descalificados como tradicionales o prejuiciosos. Al mismo tiempo los criterios que propugnan se auto-proclaman como verdaderamente científicos. ​Desde el enfoque de la “educación sexual” se ve al ser humano solamente como un ente biológico, si acaso psicológico y relacional, que solamente debe regir su vida por los criterios de la ciencia, entendida ésta solamente como la ciencia experimental. La tesis básica de la sexología es que no existe naturaleza humana, es decir, que el ser humano no es objeto de ninguna definición que lo delimite y menos en un “deber ser”, pues el ser humano es tan plástico, tan modificable por su entorno cultural que es más un producto de éste. En consecuencia se entiende que se distinga entre sexo y género. Sexo se refiere únicamente al dato físico y género a todos los elementos culturales que determinan el comportamiento de una persona como hombre o como mujer en una época y en una sociedad determinada. Por tanto no hay en la naturaleza humana, pues no hay, ni en la biología, algo que establezca lo que es ser hombre o ser mujer, todo es un producto cultural. Así también cada individuo está en la posibilidad incluso de elegir con cuál género se identifica más, con cual orientación sexual se siente más a gusto: hombre, mujer, homosexual, lesbiana, bisexual, transgénero. Como no existe un “deber ser”, pues no hay naturaleza humana en qué basarse, entonces la única guía para juzgar qué se puede hacer y qué no en materia sexual es por una parte el principio del placer, lo que te agrade hazlo lo que te desagrade no lo hagas; el principio de la salud, lo que sea saludable corporal o psicológicamente o por lo menos no te dañe hazlo, lo que te dañe no lo hagas; el principio del consenso, si tu “pareja” está de acuerdo hazlo, si no está de acuerdo no lo hagas; el principio del respeto a la integridad del otro, si dañas a tu pareja no lo hagas; el principio sociológico, si es una práctica estadísticamente generalizada, es algo “normal” y se puede hacer. La razón de ser de la “educación sexual” es lograr que la persona sea capaz de disfrutar plena y libremente su sexualidad evitando todo lo que pueda ser un obstáculo para ello, normas morales, mitos y prejuicios; embarazos no deseados; enfermedades de transmisión sexual; abuso sexual; el sida; frustración o insatisfacción sexual. De tal manera que para el enfoque de la “educación sexual” son válidas muchas prácticas sexuales que no son admitidas desde criterios éticos y religiosos como: la masturbación, la práctica del sexo sólo por placer, los encuentros sexuales ocasionales, la homosexualidad, la bisexualidad, el sexo antes del matrimonio, la convivencia sexual sin matrimonio, la anticoncepción, el aborto provocado, la pedofilia (a partir de cierta edad y con el consentimiento del menor) el intercambio de parejas, el sexo en grupo y hasta las parafilias (bestialidad, gerontofilia, necrofilia, etc.). Todo sin más límites que los ya mencionados que no te dañe, que te guste, que lo acepte la otra persona, que no le dañe. Puede parecer muy exagerado el hablar de estos extremos, pero la aceptación que tienen sobre tan escabrosas prácticas a las que ven como algo normal que depende del gusto de la persona la sustentan en que en otras épocas y en otras culturas estas prácticas eran aceptadas por la sociedad como normales. Y todo comienza cuando se abre la puerta a la “educación sexual” porque, se dice, es necesaria para evitar embarazos no deseados, embarazos de adolescentes, la difusión de enfermedades de transmisión sexual, el sida y los abortos. Se argumenta que esto sucede por falta de información de los jóvenes y que la solución está en la información, la eliminación de mitos y prejuicios, en la orientación sobre el uso del condón, de los anticonceptivos, de la píldora de emergencia, etc. La “educación sexual” con esta visión materialista del hombre se abrió paso tiempo atrás por una corriente de reacción contra el puritanismo, contra el silencio acerca del sexo que se ejemplifica muy bien con la época victoriana en Inglaterra. Pero tomo fuerza en Estados Unidos con las corrientes que quisieron hacer del estudio de la sexualidad un objeto de la indagación médica, biológica y psicológica. ¿En qué consiste la “educación sexual” que se quiere dar a los niños y a los jóvenes a través de la escuela? Fundamentalmente se trata de proporcionar información biológica sobre el funcionamiento de los aparatos sexuales masculino y femenino; información sobre cómo se realiza el coito sexual, la contracepción, el aborto, “el sexo seguro”, las enfermedades de transmisión sexual, y presentar como normales toda una serie de prácticas aberrantes bajo el argumento de que son mitos, prejuicios o ignorancia lo que se ha tachado de cosas malas y que impiden el ejercicio pleno de su sexualidad a las personas, como la masturbación, el sexo fuera del matrimonio, la homosexualidad y las parafilias. En un documento de la Dirección General de Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud del gobierno de México, cuando fue su titular el Dr. Juan ramón de la Fuente, durante la presidencia del Dr. Ernesto Zedillo, se lee: “Los programas dirigidos a adolescentes deberán proporcionar información y orientación tendiente a modificar los modelos estereotipados de mujer, de varón, de sexualidad y del amor…” y continua en otra parte “Además se requiere eliminar valores y mitos como el que sostiene que la mujer pierde valor por haber tenido relaciones sexuales.. “ “De igual manera, se requiere modificar muchos de los mitos respecto a la sexualidad de las mujeres. Aún en sectores más avanzados es difícil que las adolescentes reconozcan el derecho al placer y el ejercicio pleno de su sexualidad sin culpas ni restricciones…”[i] Más adelante se explica los servicios que se deben prestar bajo el enfoque de género: “En este plano, los derechos reproductivos y sexuales implican entre otros factores: Las personas desde temprana edad tengan acceso a una educación de la sexualidad que incluya información veraz, objetiva y científica…Las personas sean respetadas en cuanto a su preferencia sexual y puedan disfrutar de relaciones amorosas sin riesgo para su salud.Las mujeres y los varones puedan asumir la capacidad de reproducirse como una opción y no como una obligación...La apropiación del cuerpo, por parte de mujeres y varones (conocerlo, quererlo, respetarlo, reconocerlo como fuente de placer)…Cuando ocurra un embarazo no deseado en las condiciones que la ley establece, la opción de abortar ha de estar ligada al acceso de servicios médicos que hagan posible la interrupción de esta gestación sin riesgos para la salud física y psíquica de la madre, además de acceder a servicios de anticoncepción acompañados de la información y orientación pertinentes”. Esta enseñanza se da en la escuela independientemente de las creencias o forma de pensar de los padres, a los cuales se les juzga como incapaces de proporcionarla y como transmisores de la continuidad de los mitos y prejuicios moralistas y religiosos. La educación sexual señala como fin de la sexualidad el placer de la persona, su propia satisfacción. La procreación es una finalidad solamente optativa. En ella los conceptos de amor, entrega, matrimonio, familia, maternidad, paternidad, simplemente están ausentes. Finalmente los supuestos motivos con que se impulsa este tipo de educación sexual entre los niños, adolescentes y jóvenes no resuelven los problemas que tendrían que resolver, sino mas bien los incrementan: embarazos adolescentes, abortos provocados, enfermedades de transmisión sexual, SIDA.( Harris, 2003)

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